​

La idea de partida ha sido respetar al máximo posible la topografía existente y deslizar cuidadosamente la actuación por las curvas de nivel que definen dicha topografía, implantando cada uno de los niveles en aquellos puntos donde existen plataformas naturales y aprovechando estas para situar las piscinas exteriores como prolongación del espacio cerrado. El clima de esta zona de la isla permite utilizar las piscinas exteriores en continuidad con las interiores la mayor parte del año.

El objetivo fundamental ha sido la restauración del paisaje natural primigenio, intentando devolver a la naturaleza aquello que el hombre le ha arrebatado, por ello la intención desde el primer momento ha sido devolver a la tierra su antiguo esplendor. 

La zona de invernaderos existente entre la carretera y la línea de costa se regenera totalmente y se dedica exclusivamente a dotación hotelera la zona comprendida entre la carretera y las faldas del volcán por encontrarse más alterada.